Lenguaje Raíz

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Anoche

Un adjetivo para describir a Steven Acuña podría ser alegre, pero queriendo decir joyful, que no es lo mismo que alegre, porque joy, según el diccionario Merriam-Webster, es una emoción que surge del bienestar, y es también la expresión de ese bienestar, y es también ese estado de bienestar; mientras que alegría, según el Diccionario de la lengua española, es un sentimiento agradable que se manifiesta con signos externos.

—¡El taller se salió! —me dice Steven con absoluto joy la noche en la que nos reunimos a conversar sobre…no sé realmente sobre qué, porque el plan de conversación que me propuso Steven se basó precisamente en no definir ningún plan de conversación.

Efectivamente, el taller se salió del taller: ahora las pinturas de Steven habitan no solo en su taller inicial, sino también en la Sala Negra, que es donde estamos conversando, y en dos salas de exhibición de esta casa en la que estamos conversando.

Antier

En el 2018 Steven viaja a Puerto Viejo de Limón con la intención de vacacionar durante dos semanas, pero en el transcurso de su estadía se da cuenta de que él necesita vivir ahí. Porque Steven además de artista es entrenador físico, logra encontrar trabajo en un gimnasio y se muda a un apartamento ubicado exactamente encima del gimnasio.

Ahí, sobre ese gimnasio, en Puerto Viejo, es que Steven Acuña empieza a pintar.

Cuando le pregunto que cómo se educa o se informa o se contextualiza dentro del género de la pintura y/o del arte desde Puerto Viejo, él responde que ve videos en Internet, pero enfatiza que la tecnología le gusta tanto como le disgusta.

La estadía de Steven en Puerto Viejo acaba un año después por motivos que desconozco, pero seguramente, conociendo lo poco que conozco a Steven, provienen principalmente de su intuición. En diciembre del 2019 Steven está de vuelta en San José, y en ese cambio de lugar, me dice él, el arte y el artista cambian también.

 

Ayer

El 1 de marzo del 2020 es el primer día de Steven en _temporal y es también el día en el que, en palabras de Steven: empieza la fiesta.

—¿Cómo se ha sentido en el espacio?

—El taller es sagrado —responde Steven con una certeza que hace que todo lo que diga suene a verdades a las que les da exactamente lo mismo si yo las creo o no—, tenés que bautizarlo con tu energía. Lo que sale del taller es magia, es energía para compartir con el mundo de manera física.

A Steven le interesa compartir su arte, su energía, con el propósito de educar. No educar donde es él el educador, sino educar usando la primera palabra de la definición: proporcionar. A Steven le interesa proporcionar oportunidades para que las personas exploren, piensen, sientan, pregunten, respondan, no respondan.

 

Algún día relativamente reciente, Steven escuchó una charla en la Veritas impartida por una figura importante del arte contemporáneo latinoamericano. Durante la charla, la figura dijo: Necesitamos más arte de la calle.

Esa es una de dos frases que a Steven no se le han olvidado. La segunda es: ¿Qué hay de nuevo? What’s new?

—Porque la vida es una aventura —me explica, y agrega—. Steven se aburre muy rápido, el Steven artista también. Quiero ser artista porque es muy difícil ser artista, y a mí me gustan las cosas difíciles.

—¿Qué se le hace difícil?

—Ver lo que quiero ver. Asombrarme.

 

Hoy

—¿Qué le dice a usted el conjunto de sus pinturas, a diferencia de cada pintura por separado?

—Podríamos hablar de una fiesta —responde Steven—. En una fiesta hay mucha energía y presencia. Esto es entrar a una fiesta, en pintura.

Steven, además de artista y entrenador físico, es DJ.

—Son música: una pintura acompaña a la otra, como una canción ayuda a otra.

—¿De dónde surgen los colores, las figuras?

—La forma de explicártelo es sónica, no verbal —me dice mientras se pone de pie e ingresa a su taller.

Estamos casi a oscuras, iluminados solamente por un bombillo rojo que le aporta unas dimensiones y movimientos peculiares a sus pinturas.

Steven sale con su celular y sus audífonos. Me va a mostrar un video de diez minutos de Nina Kraviz.

—Es importante conocerse y saber el potencial de uno. Este video representa lo que para mí es el arte. Muestra cómo un artista sabe manejar su arte siempre.

Me pone los audífonos, coloca el celular sobre mis regazos.

—La música y el arte son complementarios.

Escucho una pieza de música electrónica y observo el cuadro al que se refiere esta canción en particular. Observo a la DJ en la pantalla: sola y minúscula, sobre un escenario gigante, frente a un público gigantesco. Se ve tranquila, se ve segura; tiene una certeza que mueve pero no sacude, que fluye. Escucho y miro el cuadro. El cuadro se mueve pero no sacude. Los diez minutos pasan como si fueran tres, dos, o mejor dicho, pasan como cuando uno pierde la noción del tiempo y el tiempo se pierde.

—Esto es una mezcla —dice Steven señalando sus cuadros inundados de colores y texturas—. ¿Viste a la DJ? Ella mezcla. En general mezclamos las cosas: ropa, música, pintura. Yo acomodo la música. Con pintura hago lo mismo. Acomodo sonidos en mi mente y los acomodo en pintura.

 

Mañana

Cuatro cosas que dice Steven al final de la conversación:

—Yo he sido yo estos últimos meses. Este ha sido el resultado.

—Tengo ganas de hacer muchas cosas. Muchas, muchas, muchas.

—Quiero sacar el arte del sistema y reencarnarlo.

—Antes de acostarte meditá, para soltar todo esto. 

Juliette Fonseca